La incertidumbre

Vivir con incertidumbre es agotador. De hecho, acaba en la mayoría de los casos en una depresión de difícil tratamiento. En estos momentos, el mundo se ha dado la vuelta y colgamos boca abajo. No hay verdades absolutas, todo es susceptible de desaparecer y el ser humano vive con la incertidumbre de no saber qué va a pasar o dónde acabará todo esto. 

Recuerdo mis años de juventud y madurez en España y salvo la ETA, que mataba todos los días, o el 23F, cuya noche se hizo larga hasta que el Rey Juan Carlos salió a decir que estaba controlado el golpe de estado, no había vivido horas de impotencia y abatimiento. En lugar de madurar hacia un liberalismo que pueda crear riqueza y prosperidad, millones de españoles prefirieron degenerar hacia un comunismo rancio de puño en alto, piojos y ladillas. 

No será porque no estamos viendo que el comunismo conlleva hambre y miseria allá donde gobierna y a pesar de esa realidad, siguen votando a partidos comunistas que se supone, están totalmente prohibidos en Europa. España es en estos momentos un polvorín, con Pedro Sánchez totalmente enajenado al que mantienen sus esbirros en un coma inducido. Vivimos momentos cruciales. Todo dependerá de nosotros, de la sociedad, el que podamos reconducir este desaguisado y tornemos al sentido común antes de que Nerón incendie su Roma particular. 

Cuando tu seguridad o la de tu familia se ven amenazadas, pueden pasar dos cosas: que te acobardes o, por el contrario, te dediques a luchar. Parece ser que muchos de nosotros hemos escogido la opción de la lucha; de lo cual me alegro, debido a que no estamos dispuestos a perder nuestra libertad construida sobre millones de muertos que el socialismo y comunismo provocaron. 

La inseguridad laboral y ciudadana se han incrementado, producto de políticas aberrantes de puertas abiertas y decisiones todas contra el empresario, quien es el único que genera empleo. También llenando las ciudades de ilegales que ocupan las estadísticas de criminalidad. Analizando el recorrido que nos ha traído hasta aquí, sólo podemos preguntarnos si la educación que se ha estado impartiendo en escuelas y universidades no ha sido perniciosa y encaminada a lavar el cerebro de millones de estudiantes que han crecido en los Mundos de Yupi. 

Nos han robado la tranquilidad, con premeditación y alevosía. A cambio, ellos prometen protegernos y uno se pregunta ¿De qué? Si vosotros sois el problema y la mayor de las amenazas. Nos quieren asustados, incapaces de movernos y siendo esclavos, porque son perversos y criminales, sólo que han cometido un error de cálculo. El factor humano es tan imprevisible como peligroso. 

Despertar es nacer a un conocimiento nuevo, ver la luz al final del túnel y comprender. En la medida en que el mundo vaya despertando, esta gente manipuladora empequeñecerá, ese será el momento de acabar con ellos; dándoles el golpe de gracia y cortando la cabeza de la Hidra sin piedad, ellos no la tienen con nosotros. 

Duele vivir sin saber si mañana tendrás casa o no, pero más doloroso será pensar que la perdiste por comodidad o cobardía. No dejes de luchar porque, como decimos en Valencia: “Tota pedra fa pared”, aunque seas un pequeño canto rodado. No contemples la historia desde la barrera, créala y podrás decir con orgullo, que tú no te rendiste.  

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