Morir matando

Las urnas hablaron allá en la tierra de Breogán. Rueda hereda las mayorías absolutas de Feijóo con 40 escaños. El BNG aumenta su capital político con 25 escaños, 6 más que en los pasados comicios, y el PSOE se desploma con solo 9 escaños. Sumar y Podemos, al igual que VOX, no consiguen ni un escaño en el que sentar media nalga. De poco le sirvió a Yolanda marisquear votos recogiendo pellets cual percebeira. A Yolanda -digo Yolanda y no Marta Lois- la votan, pero casi nada, en su Fene natal ¿Se le habrán quitado las ganas de visitar Palestina?

Besteiro paga las fantas de Sánchez. EH Bildu ya es primero en Euskadi, de Cataluña ni hablamos, y el BNG toca su cielo de votos con una agenda que apunta también hacia la autodeterminación, recogiendo los votos que supura la izquierda. Esa concordia entre las taifas que conforman España que la “Sanchesfera” y su equipo de opinión sincronizada venden al gran público ya se muestra como lo que es: claudicar. Tal es así que, tras el sainete de las negociaciones por la amnistía, el Parlament da trámite a la iniciativa legislativa que reclama declarar unilateralmente la independencia de Cataluña. El PSOE ya prefiere inmolarse como partido a cambio del caudillismo de Sánchez y del auge de los provincianismos más catetos.

Pedro es la izquierda, es el rey planeta. Él es el verbo y quien crea en él no morirá. Tal es así que en el granero intelectual de la izquierda un sabio como Fernando Savater es repudiado tras cuatro décadas, mientras se auspician las carreras de gafapastosos y onlyfaneras con la ingrata misión de cantar las alabanzas del Sanchísimo. Bajo su batuta, el PSOE tiene como única empresa mantenerle entronizado, pero Sánchez gobierna lo ingobernable, rehén de su propia política de hacer justo lo que dijo que no haría no hace ni tres meses, y los próceres de Junts, ERC, Bildu, PNV y BNG le tomaron la matrícula, y piensan exprimirle como a una chufa.

García-Page, único que gana elecciones para el PSOE se congratula de que en las elecciones de Galicia no haya ganado Puigdemont, y Susana Díaz ya admite que la cosa no anda bien. En el partido más antiguo de este país se purga a Redondo Terrenos y a Joaquín Leguina, mientras Sánchez añade a su bestiario, junto a Arnaldo Otegi y el infame récord de poner a un centenar de violadores en la calle, los embelecos que Hamás le envía y a los presuntos socios de los que dieron matarile a Navalny.

A la izquierda de la izquierda, Pablo Iglesias pidió el voto para el BNG desde  sus cotolengos, con tal de putear a Yoli, y ahora su “Unidas pudimos” (el de Pablo y no el de Isabel Faraldo, no se engañen) no saca ni cuatro mil votos por detrás incluso de PACMA. Ya se asoman como una izquierda barbitúrica y retaliativa que prefiere defenestrar a la que hasta hace año y medio era su elegida, a costa de desangrarse en las urnas de las nacionalidades históricas. Lejos quedan los tiempos en que el hijo del papá frapero pillaba cacho del iraní HispanTV, y se ponía trémulo al observar emocionado como hostiaban a un madero

Marlaska no es que no dimita, es que se pone flamenco con la hermana del asesinado Miguel Ángel Blanco tras años de permisividad con los ongi etorri. No parece que haya ley ELA, la cual se estima costaría medio presupuesto anual de tontadas de Irene Montero, a pesar de la gallardía de Unzué y sus compadres. Tampoco hay minuto de silencio de los socios del gobierno para los guardias civiles asesinados por una panda de camellos en un yate fueraborda. Y la villa y corte hasta el tuétano de tractores porque el campo – se lo crean ustedes o no- se muere, mientras su presidente se reúne con Mohamed VI prometiéndole nuevas dádivas.

¿Se sabe ya si Griñán ha ingresado en chirona tras ser condenado allá en 2022 dentro de la causa del peor caso de latrocinio? No se sabe porque estos días toca hablar de Koldo, ex portero de un lupanar y ex mayordomo de Ábalos, investigado por trincar mordidas en el mercadeo de mascarillas durante la peor fase de la pandemia. Y ya se olvidó la reunión de Ábalos en Barajas con la segunda del narco-régimen de Maduro. Parece oportuno recordar al honorable Cipriano Mera y aquello que advertía de “la traición de unos hombres dispuestos a vender a precio de oro y de orgía la sangre generosa del pueblo español. La traición aludida que nos hizo perder pedazos de nuestra Patria”. Bajo la égida de Pedro quien muere es la izquierda.

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