‘El pianista’ y el poder de un piano

Da mucho qué pensar. El piano como instrumento musical es una experiencia, una sensación, un dejarte llevar… pero sin duda las melódicas notas y melodías enganchan hasta tal punto que te dejas llevar por lo meramente superficial. Según vayáis leyendo, lo acabaréis comprendiendo.

No se trata únicamente de aprender a tocar todas y cada una de las notas musicales, de sus tonos y semitonos, de intervalos… Primero, en el piano electrónico y luego, por casualidades del destino,en uno de pared al más puro estilo retro, comprado hace tan solo unos días. Y lo típico, aquí me encuentro trasmitiéndoos mis impresiones sobre este instrumento a la vez que busco un afinador el cual lo afinará en unos días para dejarlo listo para poder proseguir con mis estudios de piano que tan entusiasmada me tienen. Tan motivada hasta el punto que ya veis, aquí me encuentro escribiéndoos unas líneas sobre mi nueva adquisición.

Y es en estos momentos, cuando el término hercios (Hz) entra en escena. Es ese que me hace investigar la apreciación musical que, al escuchar el piano desafinado, este se halla dos semitonos por debajo del estándar actual de afinación. Aún desafinado se reconocen las canciones que toco para probarlo. He de reconocerlo, me he enamorado de su sonido y estoy segura de que mejorará durante esta semana el tono a mi nuevo y a la vez antiguo pero querido e imponente piano del cual me he quedado prendada y quién sabe si algo más.

Tras unas líneas sobre una experiencia personal, aprovechando esta tesitura, quiero plasmaros mis impresiones haciendo mención de una de las películas que más me han marcado y que tienen relación con un piano. “El pianista” (2002) cuenta la vida del músico polaco de origen judío Wladyslaw Szpilman quién sobrevivió al Holocausto y a la ocupación por la Alemania nazi en 1939 de la ciudad de Varsovia, capital de Polonia. Szpilman trabajaba en la radio cuando comenzaron los bombardeos y tiempo después acabó enfermando mientras se escondía de los horrores de tan fatal guerra.

Los interpretes principales de este largometraje tan emotivo son: Adrien Brody, Thomas Kretschmann y Emilia Fox, entre otros y dirigida por el genuino Roman Polanski, superviviente de la Segunda Guerra Mundial. El director del filme vivió en el gueto de Cracovia y pudo sobrevivir gracias a la ayuda de diferentes amigos y vecinos. Según comentó Polanski en su momento, el rodaje de la película ‘El Pianista’ se le hizo duro por los recuerdos que tenía de ese acontecimiento. El polaco contrató a Adrien Brody por ser una persona carismática, sensible y bastante vulnerable. Además, el actor tuvo el don de aprender con rapidez a tocar el piano. Para realizar la película dejó su vida de lado y, por exigencias del guión, bajó 15 kilos de peso. La música de la película es una grabación real del propio Szpilman tocando el piano antes de la guerra.

Volviendo a los hercios, un ministro de propaganda llamado Joseph Goebbels, en el año 1939, creó un decreto universal por el cual se instaba a todo el mundo a afinar el LA musical a 440 hercios en lugar de a 432, frecuencia en la que se afinaba toda la música hasta el momento. Y ahora es cuando me pregunto, ¿por qué lo haría? El conservatorio de París escribió un referéndum firmado por 23.000 músicos franceses quienes estaban a favor de la preservación a 432Hz con el fin de conservar la armonía musical con la vibración del universo. Las obras clásicas fueron compuestas para un tono LA en 432 Hz. Sabiendo esto, puedo comprender el motivo por el cual me encanta el sonido del piano que suena dos semitonos por debajo de la afinación estándar… y me suena a calidad, a arte y a pura música clásica si bien cabe…

El mensaje de la película dirigida por Polanski es muy profundo: la importancia de sacrificarlo todo por conseguir nuestros logros y de ser mejores de lo que somos, enseñándonos incluso que todos podemos pasar por diferentes experiencias en la vida que pueden hacer que nuestro pensamiento varíe y la perspectiva de todo lo que nos rodea. Saber que un día somos nosotros y al siguiente nuestra actitud ha cambiado, tanto es así como si nos percibiéramos como desconocidos. No obstante, a esto podemos añadirle un nuevo significado a la vida que tenemos.

En definitiva, tanto el piano como instrumento como la película dirigida por Polanski a su manera provocaron un cambio repentino en mi vida y la manera de observar que tengo de todo lo que me rodea. También es una forma nueva de oír y escuchar los sonidos de las teclas y la percepción del sonido ambiente.

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