Nada es lo que parece. Nada es verdad o mentira. Sin embargo, su efecto dañino es similar al control mental de las sectas. Lo que hoy es verdad, mañana será mentira. Las pseudo-amistades de las redes que dicen adorarte luego resulta que con el contrario acaban despellejándote. Crees hablar con María, cuando en realidad estás hablando con Antonio. Eso sin olvidar los insultos. El desprecio e indiferencia a lo atrevido de la ignorancia, un arma potentísima y eficaz.
Las falsas peleas en televisión por audiencia en España representan un auténtico mercadeo de la intimidad con programas como el de la Isla de las Tentaciones. El resultado son demasiadas personas convertidas en juguetes rotos después del efímero protagonismo en los medios. Es el ejemplo más significativo de la cosificación del ser humano. TODO VALE POR LA AUDIENCIA. Infidelidades retransmitidas en directo como si de un canal erótico se tratara. Sin olvidarnos de quien adopta tu personalidad y crea un perfil idéntico y responde o realiza afirmaciones en tu nombre y que tu desconoces.
También podemos encontrar entre los tipos de perfiles existentes a quienes creen que las redes son un medio de sexo virtual cuando no se atreven a dar el paso de romper una relación en esencia ya finiquitada. Para eso funciona muy bien el bloqueo y zanjada la temática. Por supuesto que no todo es negativo en este tipo de plataformas.
Como lado positivo podemos encontrar que tenemos la noticia al instante y que es un medio transcendental en casos de desapariciones ya que logra llegar a un mayor número de personas. Asimismo, también existen grupos de aficiones o gustos similares, aunque a veces también aparece el insulto o la descalificación. Otro aspecto positivo de estas plataformas lo encontramos en que contamos con la opción de salir del grupo o bloquear a la persona que no nos respeta.
La prioridad es una cuestión individual en cuanto a fines y el uso de redes. Cada uno es libre de poder ejercer su libertad de opinión y de pensamiento, ya sean afines o dispares. En todo debe primar una palabra de gran trascendencia, RESPETO. El debate siempre es enriquecedor pudiendo llegar a modificarse algún punto de vista que antaño no se había advertido. Ese es el camino, jamás se debe acudir al enfrentamiento o el insulto sino al argumento. A veces nos equivocamos y en conciencia tenemos el don de poder de rectificar. A veces las circunstancias son cambiantes y por eso motivo, los pensamientos deben adaptarse a ellas.
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