Un tema candente, complejo y de importantísima actualidad está aconteciendo tristemente en estas fechas. Es un conflicto entre pueblos, culturas y religiones dispares que cohabitan en un área de 22.145 kms2 y que cuenta a su vez con una población de 10 millones de habitantes en una de las regiones más densamente pobladas del mundo.
Nos remontamos al año 1882, a la primera Aliyá, primer éxodo hacia la eterna tierra prometida en el contexto previo a la I Guerra Mundial. En ella aconteció la primera ola de inmigración de población judía hacia Eretz Israel (en hebreo), tierra de Israel de unos 35.000 judíos aprox. provenientes de Europa central y de la Rusia zarista. De ahí, principalmente, llegaron a emigrar a la República Islámica de Palestina bajo control otomano, pero con cierta autonomía. Posteriormente, surgió la segunda Aliyá (ascenso) entre los años 1904 y 1014, 50.000 judíos más se adentraron en dicho territorio sobre todo en las zonas de la ciudad vieja de Jerusalén, Hebrón, Haifa, etc….
En 1920, tras la finalización de la llamada Gran Guerra o la Primera Guerra Mundial, surge el mandato británico de Palestina , el cual paso a formar parte del gigantesco Imperio Británico, aunque el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda administraba dicho territorio de facto desde 1917 fue asignado bajo control británico total por la Sociedad de Naciones (antigua denominación de la ONU) en el acuerdo de Balfour, recién fundada tras la finalización de la I Guerra Mundial, incluyendo los territorios actuales de Jordania, Palestina e Israel. Surge la organización paramilitar sionista Irgud, partidaria de la independencia del pueblo de Israel que atentaba contras las autoridades británicas que regían la zona.
La continua emigración judía y el dominio colonial, condujeron a la revuelta árabe de 1936-39 en Palestina, el primer movimiento nacionalista entre los árabes palestinos. Finalizada la Segunda Guerra Mundial, después del holocausto nazi, aumentó la presión mediante el éxodo masivo de judíos (millones de personas huidas de todos los rincones de Europa) a dicha región del reconocimiento internacional de un Estado judío en Palestina y en 1947 el Gobierno británico abandonó la zona y puso fin al régimen post colonial de la zona. La asamblea general de la Naciones Unidas votó a favor de la partición de Palestina en dos estados árabes y judíos diferenciados e independientes.
Palestina rechazó el plan de partición mientras que Israel (el estado judío) proclamó su independencia en el año 1948 – reconocida en un principio por EEUU Y posteriormente por la URSS y por el resto de las potencias europeas como compensación del holocausto sufrido por dicha población en la Segunda Guerra Mundial-. Los estados fronterizos a Israel atacaron a ese nuevo estado iniciando la Guerra Árabe-israelí en el año 1948. Entre los aliados árabes Egipto, Siria, Irak, Jordania, Líbano contra el nuevo estado de Israel apoyado por las potencias europeas y Estados Unidos. Tras la contienda Israel aumentó su territorio en un 25% y la franja de Gaza y Cisjordania fueron ocupadas por Egipto y Jordania respectivamente
Más tarde en 1967 estalló la guerra de los seis días con protagonistas similares, Nasser jefe del estado egipcio ataco Jerusalén y a la vez Siria atacó desde los Altos del Golan y Jordania desde Cisjordania. El desenlace fue al mismo Israel resistió ganando territorio ocupando la península del Sinaí egipcia (entregada 5 años después) y loa Altos del Golán sirios. Mientras tanto la Autoridad Nacional Palestina, encabezada por la OLP de Yasser Arafat fue ganando reconocimiento internacional y surgió como órgano administrador de los territorios de Gaza y Cisjordania – ya formados como regiones autónomas dentro del estado de Israel- bajo dominio palestino, en 1988 ante el descontento de la población palestina surge Hamás más radical que la OLP y que su rama político-militar Al Fatah. Numerosos conflictos y guerras sucesivas como la Guerra del Desgaste entre 1967 y 1970, Guerra del Yom Kipur 1973 con los mismos protagonistas y como apéndice de la Guerra Fría con EEUU apoyando a Israel -su aliado preferencial en el mundo- y la URSS con muy buenas relaciones con la comunidad islámica internacional apoyando a Palestina
La posterior Guerra del Líbano en 1982, donde Hezbolá atacaba a Israel, contando con muchos exiliados palestinos y con un estado de Israel que levantaba asentamientos ilegales en la zona Palestina, algo que atenta contra el tratado internacional de la ONU de 1948. Sucesivos episodios de violencia a veces puntuales a veces crecientes, pero siempre sanguinarios y con una crueldad extrema, hasta que llegaron los acuerdos de Oslo de 1993 con Bill Clinton y Boris Yeltsin de mediadores con el primer ministro israelí Isaac Rabín y el presidente de la autoridad Palestina Yasser Arafat como protagonistas hacían prever un rayo de luz y esperanza y la consecución de la ansiada paz en la región.
Dicho tratado fue el epígrafe para el reconocimiento de la Autoridad Nacional Palestina y el pacto de no agresión entre ambos, ante los refugiados palestinos presentes en toda la geografía de la región, los asentamientos israelíes y para promover la seguridad de las fronteras. Pero fue una paz utópica, el asesinato de Rabín a manos de un ultra-ortodoxo judío y el alzamiento de Hamás en la franja de gaza relegando a Al Fatah y a la OLP fuera del poder hicieron imposible la paz y la violencia regresó. El no reconocimiento del Estado palestino por parte algunos miembros de la ONU, y el auge del fanatismo de Hamás y de otras vertientes de la radicalidad islámica como Al Qaeda y Hermanos Musulmanes, hicieron de la zona un polvorín, además de una nueva guerra en Líbano, y los conflictos de Irak, Libia y Siria, y el posterior surgimiento de terrorismo en Oriente Medio que acecha a todo occidente.
Ante esto, se barajan tres escenarios posibles por parte de la comunidad internacional. El primero es un único estado el de Israel con una región diferenciada de carácter islámica tanto en Gaza como en Cisjordania El segundo es la solución de dos estados; el de Israel y el de Palestina (abarcando Gaza y Cisjordania). Y el tercero es la existencia de un único estado el de Israel y que Gaza sea incluida en Egipto Y Cisjordania en Jordania. La primera se sabe que es imposible ya que hay dos culturas y dos conceptos religiosos incompatibles. La segunda es la más posible si la comunidad internacional apoya y la tercera no sería mala, pero también ha habido discrepancias históricas entre estas tres naciones árabes ya mencionadas.
Descifrar la solución al conflicto es compleja, pero ha de haber un incentivo primordial, la colaboración y la mediación de las potencias mundiales y de las Naciones Unidas. Sin ese apoyo será imposible pacificar la zona. Los asentamientos ilegales de Israel han de acabar en la zona y el radicalismo de Hamás también. En Cisjordania con un gobierno moderado se han construido acuerdos sólidos y se ha avanzado mucho en materia de paz y convivencia. Difícil reto tanto para occidente como para las potencias de la zona: Irán y Arabia Saudí, todos han de estar a la altura y no mirar hacia otro lado, recuperando el espíritu del acuerdo de Oslo, el espíritu Arafat/Rabín que tan buenos frutos dio y que lamentablemente se torció para desgracia de toda la población de la zona judía y árabe de la región. No más muertes, no más violencia, primemos la paz, el bienestar de la zona y construyamos un mundo mejor.
Be the first to comment