Ya estamos en campaña, en campaña de verano, en campaña de rebajas, algunos en tiendas de campaña y otros en campañas electorales. En la campaña de verano toca pasar calor en vez de frío, en la de rebajas comprar barato en vez de caro, los que duermen en tienda de campaña les toca no dormir en sus casas y los que se encuentran en campaña electoral les toda rendir cuentas, que no contar riendas.
Sin embargo, para pasar por el examen por el que los ciudadanos daremos la nota correspondiente a cada formación política toca explicar lo llevado a cabo y exponer aquello que cada cuál piensa realizar, o vende como que es su objetivo, ya que visto lo visto en temas de cumplimientos ningún Gobierno en nuestra historia democrática ha dado el callo como para ver reflejado en el BOE lo que decían en sus programas. Y es que excusas siempre encontramos en la necesidad de negociar mayorías y sus condiciones, en los cambios en las situaciones socioeconómicas, y hace cinco años diríamos que si les cae un meteorito o surge una pandemia. Si aceptamos volcán por meteorito tendremos la jugada perfecta.
No hay nada que no arreglen 20.000 euros, pensará la eterna Yolanda de la canción encarnada en una suma de promesas que estoy seguro que van a dejar los tributos a los que más tienen en un coeficiente que veremos quiénes pagan las subidas de salarios. Eso sí, no se recuerda en este país más festivales de música alternativa y de público en ellas en los anales de aquellos que no cobramos el bono cultural. Pero estoy totalmente convencido que la exquisitez del conocimiento se habrá posado en sus cabezas como todo el peso de una ley educativa más preocupada de cómo se sientan emocionalmente que de cómo les pueda sentar el conocimiento de las materias que se les enseña en las escuelas e institutos. Aunque no me queda muy claro cómo pueda sentarles todo esto a la vista del aumento del bulling en los centros, los actos vandálicos y las conductas machistas, todo incrementado enormemente. Algo sospecho que no se está haciendo bien.
Tampoco son muy alentadores los datos de la violencia machista en los adultos, que en vez de disminuir aumentan. Y claro, la solución a algo que, evidentemente, no está funcionando para Yolanda, no la de la canción sino la otra, es eso de que si no quieres caldo tres tazas. Es como si a un enfermo le das un medicamento que lo hace empeorar considerablemente y el doctor le receta tres veces más dosis porque el problema es que se ha tomado poco.
O yo vivo en un mundo de locos o los grandes filósofos de la historia, si superan lo que está ocurriendo, hubiesen pedido que los cremaran tras su muerte, vaya a ser que a algún iluminado se le ocurriera recuperarlo a través de su ADN y pudiera encontrarse con este panorama insuperable de sinsentidos, absolutamente incoherente y complicadísimo de teorizar desde sus sabias mentes.
Bueno, algo sí parece empezar a quedar claro, y no porque lo digan las encuestas sino porque quiénes les escribe hace mucho tiempo que lo viene avisando. El bipartidismo no se cura con extremos sino que se alimenta de ellos. Cuanto más suba uno de los extremos más descenderá la intención de voto de aquella formación política que se encuentra alineada ideológicamente con ella y viceversa. Es por ello que en estos momentos el grito de auxilio de Sánchez con el miedo a la ultraderecha de Uve O Equis no esté teniendo los efectos deseados sino todo lo contrario. VOX va bajando en las encuestas y eso posibilita un mayor grado de confianza en los de Feijoo.
Esa es una de las lecciones que Sánchez no supo entender cuando conspiró con la homónima a la de la canción para crear otra formación en la que apoyarse. Auspiciar un bloque fuerte al extremo de su ideología no es en nada buena idea, y menos aún si esa formación es heredera de aquella que cometió los mayores errores de su Gobierno. Cuanto más suba SUMAR más bajará la intención de voto hacia el PSOE y mayor será el poyo que vuele desde sus filas de voto a las de un PP que está sufriendo la gota gorda al no querer evidenciar compromisos públicos en instituciones con los de Abascal.
De cualquier manera, esto no ha hecho nada más que empezar. Sigo insistiendo en que Sánchez es muy competitivo pero, a la vez, muy estratega. Sólo hay que observar cómo, tras los enormes varapalos políticos que ha sufrido, unos por errores de sus socios de Gobierno, otros por las acusaciones y el acoso y derribo padecido por una gran parte de la población que ha desaprobado muchas de sus políticas y de sus “cambios de opinión”, así de sus relaciones con independentistas, herederos ideológicos de banda terrorista o golpitas a los que sacó de la cárcel en un acto que supuso un cambio de opinión tanto en el uso de los indultos con fines políticos como de reducción de penas a los catalanes condenados, no le han hecho hundirse en las encuestas como muchos desearían.
Menos mal que tenemos a un Feijoo que parece no tener abuela y que se auto inculpa de ser un hombre honesto y honorable. Esperando estoy, hasta con risa nerviosa, el momento el lunes en el que, en el debate con Sánchez, éste le saque la famosa foto con un presunto narcotraficante, o le hable de sus políticas nacionalistas cuando fue Presidente gallego.
¿Recuerdan el programa “Hormigas Blancas”? Pues estoy convencido de que el lunes viviremos un nuevo capítulo, todos saldremos abochornados del espectáculo y al día siguiente este país de borregos no dejarán de defender a unos, a otros y a los de la moto en una muestra de seguidismo y enfrentamiento nacional que perdurará, sin duda, más allá del 23 de julio. Por favor, que nunca llegue el 24.
Menos mal que, si las urnas lo permiten, los jóvenes del futuro podrán disfrutar de 20.000 eurazos cuando cumplan 23 años, dándoles el Gobierno hasta cinco años para que piensen en qué podrían gastárselos. Estoy por pedir hasta que me aumenten los impuestos, a ver si, entre todos, podemos hacer que lleguen a poder disponer de 25 o 30.000, que eso sí que mola.
Periodista, Máster en Cultura de Paz, Conflictos, Educación y Derechos Humanos por la Universidad de Granada, CAP por Universidad de Sevilla, Cursos de doctorado en Comunicación por la Universidad de Sevilla y Doctorando en Comunicación en la Universidad de Córdoba.
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