Político-dependientes

Difíciles tiempos los que vivimos en el ámbito político y social. Esto ya nadie puede negarlo. El frentismo propio del surgimiento de partidos de extremos ideológicos y, especialmente, la aritmética parlamentaria que hace a las fuerzas políticas tradicionales depender de ellos nos impone una situación complicada. Es más que evidente que lo que prima sobre ambos modelos, en el abanderamiento de nobles causas que atraen la atención del electorado y de esos seguidores que, exacerbados, defienden hasta las últimas consecuencias sus decisiones, está basado, por la derecha, en una defensa épica de los postulados de un nacionalismo desfasado para los nuevos tiempos y estrechamente unido a un conservadurismo en valores que choca tremendamente con la evolución de la mentalidad de la mayoría de la sociedad española; por el lado de la izquierda nos encontramos, ante todo, la defensa de unos valores muy unidos en su fórmula de presentación a los derechos humanos, interpretados o no adecuadamente, y a derechos sociales y postulados de igualdad y de un humanismo que es capaz de atraer a las clases sociales más perjudicadas y a aquella parte de la sociedad con una visión más de progreso social y más combativa.

Visto así, con esta explicación tan sencilla, no es de extrañar que el rechazo mayor lo produzca la derecha extrema al no ser capaz de conectar con los nuevos tiempos con una evolución de la mentalidad social que no permite ciertos prejuicios o cierta visión discriminatoria de unos grupos sociales sobre otros. Y, por supuesto, que resulte mucho más cómodo para la izquierda dominante alianzas con esta formación que para la derecha de este país llegar a alianzas de Gobierno con esa derecha que representa muchos rasgos de involución en asuntos que están muy superados y en los que la sociedad ha avanzado lo suficiente.

Otra cosa muy diferente es que, más allá de esa visión general que tiene la sociedad a través de la imagen que desprenden estos partidos políticos pueda haber interpretaciones propias, bien de una imagen dibujada con mucha conveniencia y que no se traduce realmente en la aplicación de las leyes que se formulan, o que estas estén erróneamente formuladas o que no funcionen como venden que deben hacerlo o que aquellos que tienen esa imagen tan unida al pasado pretendan, al menos lo intentan, justificar bajo la lupa de la justicia y de una igualdad que se olvida de ciertos parámetros, un discurso que parte más de la negación de realidades asumidas por la mayoría que de la complacencia a la hora de resolver lo planteado con propuestas constructivas.

Feijoó tiene ante esta perspectiva un futuro harto complicado. Sus compañeros de viaje en distintas comunidades autónomas y ayuntamientos no le van a ayudar en absolutamente nada a la hora de llegar a plantear alternativas de consenso. Los próximos martes y miércoles se enfrentará a una investidura cuyo resultado ya todos conocemos. Pero la soledad del que llega a reivindicarse, después de haber sido el más votado en las pasadas elecciones, pasa por una soledad parlamentaria de su partido comprensible desde la distancia que le interesa poner ante su presunto aliado en el Congreso.

Quizás sea esta la mejor oportunidad que tendrá el Partido Popular para marcar ese distanciamiento, esa clara diferenciación entre la forma de hacer política de su partido y la opción de un VOX que lo arrastra en su rechazo electoral de una enorme mayoría de españoles que no votan a los populares porque entienden que, de hacerlo, votarían una alianza con el partido que no quieren ver en las instituciones. Para ello, ya tienen cerrados los que entienden eran necesarios gobiernos autonómicos que sirven de freno territorial a la izquierda dominante en el Gobierno.

Otro tema es el precio que el PSOE está dispuesto a pagar por conseguir esa mayoría que le permita seguir manteniendo el Gobierno. Bueno, perdón, más bien que está dispuesto a que paguemos entre todos. Sólo el tiempo nos dirá en qué consistirá ese precio y las consecuencias que traerá para el país y para nuestros bolsillos. Pero, como siempre os he dicho, Sánchez es, ante todo, un estratega. Quizás, una vez más, nos sorprenda. Quizás sea capaz de atar un acuerdo que muchos comprarían a cambio de las cesiones que está dispuesto a conceder. Tiempo al tiempo.

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4 Comments

    • No te preocupes. Ya que sigues igual de comprensión lectora, cuando vaya a ponerme a escribir te llamaré para que me digas qué es lo que tengo que decir y cómo lo tengo que hacer.

  1. Te entiendo en cinco idiomas. Cuántos hablas tú?. Pero no pienso dar más publicidad a tus textos. No la valen

    • Queridísima amiga publicista. Yo, con que entiendas perfectamente el castellano leído lo agradecería y mucho. Es el que yo suelo hablar y en el que escribo en esta web, aunque conozca otros y haya vivido años en países con otras lenguas. No obstante, te invito a que mandes tu curriculum al Congreso, están buscando a personas plurilingües como tú. Quedo muy apenado con la pérdida de tu publicidad, sin la cuál no podré dormir por las noches. Un saludo y a cuidarse.

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