Es inevitable no hablar de ello. Entre amnistía y otros tejemanejes del flamante candidato a la Presidencia del Gobierno, los últimos acontecimientos ocurridos en Israel deberían de haber dejado en segundo plano a Puigdemont y resto de futuros apoyos gubernamentales. Pero no, Spain is different y mezclar una cosa con la otra también vale con tal de rascar un voto, un ministerio o simplemente el apoyo de parte del pueblo que no sabe de qué trata el asunto, pero, al fin y al cabo, hablar es gratis.
Un grupo terrorista se pone a disparar cohetes, más de los habituales, a la población israelí, mientras en el cielo, como sacados de un guion de Hollywood, aparecen unos tipos en parapentes y aterrizan en un festival de música comenzando a matar, secuestrar y violar a todo adolescente que disfrutaba del evento. Pero la cosa no acaba ahí; compañeros de guerrilla de los anteriores se dedican a ir kibutz a kibutz, pueblo a pueblo, llevándose por delante la vida de bebés, ancianos, hombres, mujeres… y de esa manera. Los hechos son esos. Se podrá hablar, debatir, incluso discutir del eterno conflicto que ha ocupado páginas y páginas en los medios de comunicación, pero lo que es innegable es todo lo anterior que, dicho sea de paso, no describe para nada la crueldad con la que se ha producido.
Pues nada, países condenando los hechos, mostrando su apoyo a Israel, hasta que aparece Pedro Sánchez y dice que vale, que sí, que no está bien lo que ha ocurrido, pero que la respuesta del ejército judío que quizás es excesiva. A partir de ahí, como viene siendo habitual en el entorno progresista del candidato, entorno político y social, ¡ojo! la gente se viene arriba y comienza la carrera por ver quién dice la mayor burrada.
Yoli que, últimamente, se ha convertido en experta en cohetes, pidiendo o exigiendo, a Sánchez que cuando sea Presidente del Gobierno, reconozca el estado Palestino. Belarra llamando okupas (suena a chiste si no es por la gravedad del asunto) y genocidas a los israelíes, o manifestaciones por todo el territorio español. Y al final, como es lógico, la embajada de Israel pidiendo explicaciones al gobierno en funciones de ese ataque despiadado contra su país.
Y ahí es donde aparece Pedro Sánchez, a través de su ministro de Exteriores, y despliega todas sus artes de mentiras y calumnias tachando el comunicado diplomático de “inamistoso”. ¿Este señor no se da cuenta el papel que juega Israel en el panorama internacional? ¿Nadie le ha dicho que ellos son quienes aguantan la embestida del fanatismo islamista en Oriente? ¿Es que a estas alturas no sabe qué país es el principal aliado de la primera potencia mundial? Y si después de obviar todo esto, Pedro Sánchez, candidato a La Moncloa y representante, al menos de cara al resto de países, de todos los españoles, ¿no ha visto los vídeos que han puesto los pelos de punta al mundo occidental?
Políticamente, estamos haciendo el ridículo. Moralmente tenemos un problema que deberíamos de empezar a revisar, antes incluso que el económico. Hamás es un grupo terrorista que ha matado y secuestrado a gente inocente y la izquierda española pretende que un país, en este caso Israel, actúe como acostumbran a hacer ellos cuando gobiernan, es decir, culpar al que cumple y premiar al delincuente. Lo que ocurre es que los votantes judíos no son los españoles -sin dejar a un lado los problemas políticos internos que tienen- y como han demostrado desde los tiempos de David, ni perdonan ni olvidan.
Como tampoco olvidan a todos los inocentes que Hamás mantiene secuestrados, vaya usted a saber en qué condiciones. Por supuesto, para la izquierda, en esto también hay ciudadanos de primera y de segunda y aún está por verse algún mensaje de apoyo hacia ellos; defenderán los derechos de la población de Gaza, desde aquí, evidentemente, no vaya a ser que, en la propia franja, las proclamas feministas que lanzan por estos lares no sean bien recibidas por la población islámica, pero los de esa gente que fue secuestrada, asesinada, violada… de esos nada. Me uno a las palabras del chef José Andrés: “Usted no me representa”.
Esto viene de muy lejos. Más información: https://cesarvidal.com/la-voz/editorial/editorial-la-guerra-entre-hamas-e-israel-origenes-desarrollo-y-futuro-09-10-23