En la tarde del domingo, el Club Deportivo Mirandés disputaba una de las tantas finales que le quedan para mantener la categoría. El resultado en el Municipal de Anduva fue de 0-0 ante el Real Zaragoza. El punto le viene mucho mejor al equipo entrenado por Víctor Fernández debido a que ellos se encuentran justo por delante de los rojillos.
No aprovechar las oportunidades acaban pasando factura. Bajo mi punto de vista, el club debería de rescindir esta semana el contrato del entrenador para que el nuevo que venga tenga el tiempo suficiente como para poder elaborar un estilo de juego a los jugadores rojillos. Seguro que lo acabaría haciendo mejor que el propio Alessio Lisci.
Sin ocasiones de gol, sin crear peligro y lo único positivo que puedo citar con respecto al partido es que los maños no marcaron. Los empates son sinónimo de jugar con la suerte en una categoría en la que debes sudar para sobrevivir. La flauta no suena siempre como uno quiere y si Lisci pretende jugar al azar, que se vaya al casino o juegue al euromillón, pero que no lo haga con el Mirandés que, aparte de un equipo, es un sentimiento para los habitantes de Miranda de Ebro.
El equipo sigue dependiendo de sí mismo. Sin embargo, dos equipos que se hallan por debajo en la tabla han conseguido ganar sus respectivos encuentros. El Alcorcón y el Amorebieta hicieron los deberes… a la espera de lo que haga el Albacete que, en caso de obtener la victoria, le metería aún más presión al Mirandés.
Teniendo en cuenta que el entorno del club se encuentra demasiado agitado por el asunto relacionado con las obras de Anduva, lo que menos necesita la afición es que el Mirandés no responda. La ilusión, al menos la mía, se está agotando. La culpa no la tiene el escudo, ese siempre tendrá su grado de importancia, sino por todo lo que le rodea al club. Considero que hay una nube de hipocresía demasiado exagerada.
Del Mirandés, al que acudíamos todos al Estadio Municipal de Anduva, en aquellos tiempos de Tercera División y Segunda B, aquel que lograba generar ilusión, ya no queda nada. Desde que el equipo pasó a ser una empresa privada, lo único que genera, bajo mi punto de vista, es polémica. Hace un tiempo pedían la cabeza del presidente del Mirandés y ahora, haga lo que haga Alfredo De Miguel es entendible para muchos que le criticaban. El Mirandés hoy en día es el escudo. El equipo, desde que se convirtió en Sociedad Anónima, dejó de importarles a muchos. Eso no quita para reconocer que esa situación fue más que necesaria para mantener la categoría en la 2ª División. Pero, señores, sin hipocresía… mucho mejor.
El próximo partido será otra final para los de Alessio Lisci. El Mirandés visitará a domicilio al Andorra, equipo presidido por Gerard Piqué y que, hasta hace poco, estaba entrenado por Eder Sarabia, el cual además es actualmente el colista de la Liga Hypermotion. El encuentro se disputará el sábado a partir de las 16:15h en el Estadi Nacional de Andorra. Dicen que entrenador nuevo, victoria segura… Espero que eso no se produzca y que los rojillos se traigan del Principado de Andorra los tres puntos.
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