La Cuba que encontró Castro

Durante cuatro siglos Cuba fue posesión hispana, hasta que la intervención norteamericana puso fin a la Guerra de Independencia que se extendió durante unos 30 años.

Cuba antes de 1898:

Cuba fue la primera nación iberoamericana y tercera del mundo (tras Inglaterra y EEUU) que tuvo ferrocarril en 1837. En el año 1989 tuvo el primer alumbrado público de toda Iberoamérica (incluido España), también el primer país en utilizar la anestesia por éter en 1847. Asimismo, la industria pionera en el mundo movida por electricidad en 1877.

Era el país que podíamos catalogar como la “niña bonita” y la colonia más querida. Para algunos era provincia de ultramar, el fortín de España, la perla del Caribe, aun así, llegó la guerra de independencia.

La guerra dejó, 1.500.000 de famélicos habitantes y un país devastado sin capital alguno, flagelado por enfermedades tropicales, principalmente de la fiebre amarilla, con casi un 80% de analfabetos y sólo un 1,2% con educación superior… era 1898, cuando ocuparon la isla las tropas americanas, tras la batalla naval de Santiago de Cuba.

En 1896 El general José Miró Argenter, que había partido en 1895 de Baraguá para recorrer la isla y ondear la bandera victoriosa por todo el nuevo territorio “libre”, descubriendo los resultados de la guerra. Ingenios destruidos, líneas férreas atestadas, gente con hambruna dominada por el terror o sentimientos hostiles, sin telégrafo que funcionara porque líneas, aparatos y estaciones habían volado por los aires, barrios rurales que habían desaparecido totalmente, los mapas existentes ya no valían, puentes ardiendo o en ruinas, no había perspectivas.

La Habana era una ciudad sucia y maloliente. Los lugares públicos eran estercoleros, que hubo que limpiar a la fuerza por decretos y a golpes de multas impuestas sin contemplación. Las instalaciones sanitarias, prácticamente inexistentes, se hicieron obligatorias hasta en las casas más modestas.

El pueblo cubano apoyado en un decidido espíritu de libre empresa y estimulado por inversiones de capital extranjero, casi todo norteamericano, transformó en dos generaciones, el estercolero en una república capaz de albergar a 6.400.000 habitantes alegres, según el Proyecto Madison, actualizado en 2013, el PIB per cápita de España y Cuba estaban a la par, llegando a los 2 mil dólares internacionales de 1990 a mediados de los cincuenta.

El comercio exterior ascendía de 112.000.000 de dólares en 1899, con saldo deficitario de 22.000.000 a 293.000.000 en 1952, con balanza favorable de 57.000.000, la propiedad rústica y urbana pasó en 1899 322.000.000 de dólares, con una carga hipotecaria de 247.000.000, a la cifra ya saneada de 1.697.000.000 en 1950.

La industria ganadera pasó de 159.000 cabezas de ganado hambrientas inventariadas en 1894 a 4.500.000. Cafetales y tabacales demolidos por la guerra resurgían, la industria azucarera pasó de una raquítica producción de $18.600.000 a $348.000.000 donde el 62,13% era producido por familias cubanas.

En sólo 3 meses de 1952 se produjeron 7.011.637 toneladas de azúcar. 8,5 millones fue el resultado en 1970 después de volcar todo el país en la conocida e incumplida “Zafra de los 10 millones”, donde participó hasta el ejército y se descuidaron el resto de sectores, lo que provocó la caída de un 20% de la economía del país. En 2006, las fuertes subidas en los precios del azúcar hicieron que los cubanos se llevaran las manos a la cabeza y aconsejaron volver la vista al sector. Pero ya era tarde. Prueba de ello es que tanto en ese año como en 2007 Cuba se vio obligada a comprar cientos de miles de toneladas de azúcar fuera, básicamente en Colombia y Brasil. En 2010, el país registró el récord de su zafra más pobre en 105 años: apenas un millón de toneladas.

Pero seguiremos cronológicamente, era importante esta comparativa y ver como el comunismo ni inventó la rueda, ni siquiera ha podido mantener lo que encontraron en el 59, lo han desgastado todo, por mucho dinero que recibieran de la URSS, el sistema NO funciona.

El esfuerzo y la buena administración (volvemos atrás) hizo posible la construcción de 18,115Km de vías férreas formando una tupida red, contaba ya con uno de los más altos niveles de electrificación de América Latina (597.741Kw). Cuba estaba entre los países más ricos de la región y de los mejor alimentados del mundo, con mejores salarios y condiciones laborales, desarrolló un sistema de Seguridad Social inspirado en acuerdos de la OIT.

Ya había cinco universidades funcionando, convenios económicos bilaterales, o multilaterales, una producción más eficiente y su mercado consumista habían propiciado, en solo 50 años, que el tesoro ascendiera a tener $530.000.000 guardados en el Banco Nacional de Cuba en 1952.

Algunos datos más:

El primer tranvía conocido en América Latina circuló en La Habana en 1900, el mismo año que llegó el primer automóvil que conoció Latinoamérica. La Habana fue la primera ciudad del mundo en telefonía de discado directo (sin necesidad de operadora) en 1906. En el año 1907, se estrenó el primer departamento de rayos X de Iberoamérica, en 1922 Cuba fue la segunda nación del mundo en tener emisora de radio (la PWX) y la primera en radiar un concierto de música. En 1928, ya tenía 61 emisoras de radio (cuarto lugar del mundo, superada por EEUU, Canadá y la URSS), en 1937 se establece la jornada laboral de 8 horas, el salario mínimo y el derecho de la mujer al trabajo, en 1951 se construyó el Hotel Riviera (primer hotel con aire acondicionado central). En el año 1954 con una vaca por habitante se convirtió en el tercer país en Iberoamérica en consumo de carne (detrás de Argentina y Uruguay), en 1955, fue el segundo país de Iberoamérica con menor mortalidad infantil (la sanidad era puntera mucho antes de la revolución), en 1956 la ONU reconoce a Cuba como el país con menor índice de analfabetismo. En 1957 La Habana fue la segunda ciudad del mundo en tener cine en 3D y multipantallas. Continuando con lo hechos acontecidos en ese mismo año, la ONU reconoció a Cuba como el mejor país en médicos por habitantes de Iberoamérica (1 cada 957), sobre el sistema sanitario hasta el 59, escribió Roberto E. Hernández: “resultaba único, si se compara con los demás países de este hemisferio, por el predominio de instituciones no lucrativas que prestaban servicios médicos a sus asociados mediante cuotas muy modestas” . En 1958, Cuba fue el segundo país en difundir televisión a color y también el país de Iberoamérica con más automóviles y el sexto del mundo por habitante (1 cada 38), a pesar de tener solo 6,5 millones de habitantes ocupaba la posición 29 en el ranking económico mundial.

Mark Falcoff en uno de sus estudios, “la Cuba más urbana se asemejaba a un país del sur de Europa (con un nivel de vida tan alto o superior al de Francia, España, Portugal y Grecia), mientras que la Cuba rural reflejaba la misma realidad de necesidad que la mayoría de países de América Latina y el Caribe”.

En 1940 el país estrenó una Constitución que otorgaba el voto a la mujer, Seguridad Social y establecía educación mínima obligatoria en los 8 años. La última residencia de Hemingway florecía.

Había profundas desigualdades entre el campo y las ciudades, pero NO era Cuba el país subdesarrollado y explotado por el “imperialismo yanki” que la izquierda quiere vender, sino una nación en avanzado proceso de desarrollo, envidiada por otros países americanos, que sin escrúpulos han sabido aprovechar la miseria que imperó en Cuba con la revolución de Fidel Castro.

Para quién haya sido presa de la propaganda izquierdista, de culpabilizar de las penurias de Cuba al bloqueo norteamericano, además de recordarle que existen más países con quién comerciar y así ha hecho, utilizando empresas pantalla en refugios fiscales como Panamá o Chipre, el mayor problema es su sistema productivo y administrativo. Cuba recibió de la desaparecida URSS  la cantidad “estimada” de $6 mil millones anualmente desde 1961 hasta 1991, lo que nos da en 30 años la friolera de $1,800 billones, cuatro veces más de lo que fue el Plan Marshall para toda Europa después de la Segunda Guerra Mundial.

“Cuba se cargó a la URSS”
, como admitiría el jefe del departamento que atendía las relaciones con Hungría, Checoslovaquia y Yugoslavia: Óscar Espinosa Chepe. Ese dinero se empleó en dar una vida millonaria a los cargos del gobierno y a sus familiares, así como, para llevar el “Castrismo” al resto del mundo y hacerse con una imagen internacional que poco tiene que ver con la realidad que se vive en Cuba. Esta internacionalización se ha materializado en el apoyo y asesoramiento a las dictaduras de izquierda latinoamericanas, guerrillas como las FARC, Frente Sandinista de Liberación Nacional, dando como resultado el Foro de Sao Paulo o su actualización más reciente: El Grupo Puebla.

El social-comunismo es capaz de dejar a Cuba sin azúcar, a Venezuela sin petróleo y a España sin hostelería.

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