Con un 62% de los votos escrutados, Chile dijo no al boceto imberbe de Constitución de Boric. Rara vez me pronuncio en público acerca de lo que ocurre en otros países, salvo que se trate de guerras u otras atrocidades. Ni resido ni pago mis impuestos allí. No creo haberme ganado ese derecho. Pero hace poco llegó hasta mis gafotas otra columna de opinión perpetrada por Pablo Iglesias (Turrión, no Posse). Exponía el hacendado de Galapagar desde una de esas varias tribunas que le permiten hacer de juntaletras:
“Se asumirá que el texto de la nueva Constitución era quizá demasiado avanzado para representar al conjunto de la sociedad chilena. Se dirá que la clave fundamental del fracaso es que el texto final solo representaba a la izquierda y se reconocerá que en las entrañas ideológicas de la sociedad chilena hay asentadas ideas muy conservadoras en lo que se refiere a la sanidad, la educación y las pensiones. Se querrá reconocer que es una característica intrínseca de la sociedad chilena, lograda por décadas de neoliberalismo, el miedo a lo público y la admiración aspiracional por lo privado.”
Desde su atalaya de guardián de los buenos usos y costumbres de la progresía, pontificando con proletaria soberbia, les indica a ustedes, ciudadanos, lo que es mucho y poco como hiciera en Barrio Sésamo Coco. De la fatua tarea de expedir carnets de facha a discreción aquí en Españita, ahora les arroja un mansplainning acerca del craso error de los chilenos por no ratificar las panderetas legales de su colega Boric. Pero vayamos al lío. A continuación, algunos de los brillantes asertos de la que iba a ser la nueva Carta Magna Chilena:
Artículo 1: Chile es un Estado social y democrático de derecho. Es plurinacional, intercultural, regional y ecológico. […] Reconoce como valores intrínsecos e irrenunciables la dignidad, la libertad, la igualdad sustantiva de los seres humanos y su relación indisoluble con la naturaleza. Artículo 6: El Estado promueve una sociedad donde mujeres, hombres, diversidades y disidencias sexuales y de género participen en condiciones de igualdad sustantiva […]
Artículo 8: Las personas y los pueblos son interdependientes con la naturaleza y forman con ella un conjunto inseparable. El Estado reconoce y promueve el buen vivir como una relación de equilibrio armónico entre las personas, la naturaleza y la organización de la sociedad. Artículo 12: Se reconoce la lengua de señas chilena como lengua natural y oficial de las personas sordas […]
Artículo 25: Toda persona tiene derecho a la igualdad, que comprende la igualdad sustantiva, la igualdad ante la ley y la no discriminación. Es deber del Estado asegurar la igualdad de trato y oportunidades. En Chile no hay persona ni grupo privilegiado. Breve inciso: ¿Qué cojones es la igualdad sustantiva? ¿Tal vez igualdad de resultados, más que de oportunidades? ¿En Chile no hay persona ni grupo privilegiado? ¿Esto último será un desideratum? Continúo;
Artículo 27: Todas las mujeres, las niñas, las adolescentes y las personas de las diversidades y disidencias sexuales y de género tienen derecho a una vida libre de violencia de género. Breve inciso: ¿Falta alguien aquí? ¿Niños varones? ¿Igualdad sustantiva? Continúo;
Artículo 40: Toda persona tiene derecho a recibir una educación sexual integral, que promueva el disfrute pleno y libre de la sexualidad; la responsabilidad sexoafectiva; la autonomía, el autocuidado y el consentimiento […]
Artículo 44: Toda persona tiene derecho a la salud y al bienestar integral, incluyendo sus dimensiones física y mental. […] Los pueblos y naciones indígenas tienen derecho a sus propias medicinas tradicionales, a mantener sus prácticas de salud y a conservar los componentes naturales que las sustentan. […]
Artículo 50: Toda persona tiene derecho al cuidado. Este comprende el derecho a cuidar, a ser cuidada y a cuidarse desde el nacimiento hasta la muerte. El Estado se obliga a proveer los medios para garantizar que el cuidado sea digno y realizado en condiciones de igualdad y corresponsabilidad. Breve inciso: Llámenme facha, visigodo o cuáquero, pero un servidor es de la opinión que cuidar de uno mismo debería ser más un deber para con uno mismo que un derecho. Continúo;
Artículos 55 y 56: El Estado garantiza el derecho de campesinas, campesinos y pueblos y naciones indígenas al libre uso e intercambio de semillas tradicionales. […] Toda persona tiene derecho a una alimentación adecuada, saludable, suficiente, nutricionalmente completa y pertinente culturalmente. Breve inciso: ¿Qué cojones es la alimentación pertinente en lo cultural? ¿No comer nada que arroje sombra? ¿Albóndigas de césped? ¿Beber lágrimas? Continúo;
Artículo 60: Toda persona tiene derecho al deporte, a la actividad física y a las prácticas corporales. (No haré ningún chiste). Artículo 61: Toda persona es titular de derechos sexuales y reproductivos. (El artículo 27 no mencionaba a los niños varones, pero si al resto del espectro sexoafectivo. Pedazo de contradicción)
Artículo 91: Toda persona tiene derecho al ocio, al descanso y a disfrutar el tiempo libre. (Ya me lo olía yo. Sobre todo, el que redactó esta movida)
¡Verán! yo lo que creo es que una amplia mayoría de chilenos han demostrado un entendimiento superior al de aquel individuo que asó la manteca, y han decidido tajantemente no ratificar un remedo de constitución que parecía redactada por Scooby Doo.
Amable amigo, si ha leído usted hasta aquí, que los clementes dioses lo bendigan. Tiene usted más paciencia que una mula con 17 tábanos en el culo. Reconozco que solo me leí hasta el artículo 100 de esta comedia constitucional. Me inquietaba la idea de encontrarme un emoticono o un GIF en mitad de una declaración de derechos fundamentales.
Tal vez tengamos algo que aprender de nuestros hermanos chilenos. Se han tomado la santa molestia de ojearse un texto kilométrico (388 artículos y 57 disposiciones transitorias) plagado de magufadas y cantinfleo para decir tajantemente que “móntate aquí y pedalea”.
Chile dijo no; lo normal. Pero no se trata del espectro de Augusto Pinochet abduciendo a los díscolos votantes en un plebiscito. Los chilenos dijeron que no porque no están en la parra, a diferencia de su nuevo líder que parece cumplir cadena perpetua en una. Porque seguramente ya andan exhaustos de tantas estupideces. Tomemos nota. ¡Cuídense!
Jurista y ensayista
Parece un texto infantl