Ambas figuras, tanto la del delito como la del delincuente, a pesar de parecer equidistantes… no lo son. Las dos van unidas de la mano. Hay delitos que son realizados por determinados grupos de personas en base a sus escrúpulos y su cultura, como pueden ser los delitos relacionados con el trata de blanca cometidos por “organizaciones” de Europa del este. No hay más que acudir a la Jonquera y preguntar por la procedencia de las mujeres. Por cierto, hubo un periodo de tiempo, en el que la Jonquera era considerado el prostíbulo de Europa. Por otro lado, el dato que siempre parece estar en boca de todos pero que nadie se atreve a manifestar abiertamente es la procedencia de determinados delincuentes que cometen delitos sexuales… y no, no me refiero precisamente a dar un “pico”.
Hay tal temor en los medios y en la sociedad en general de que se hable abiertamente de la procedencia de algunos de los delincuentes, que los periodistas ponderan más la protección del delincuente que el derecho a que la sociedad civil reciba una información veraz. En base a tal protectorado que se ha construido, los “periodistas” dictan y deciden según la noticia y la autoría del delincuente. Creo que los lectores tenemos la suficiente madurez como para ser merecedores de recibir una información veraz y no sesgada.
En España, el término ‘Taharrush’ es completamente desconocido para el ciudadano medio. Ni está ni se le espera. Este viene a ser la legitimación que se le da a los fanáticos religiosos a realizar violaciones y agresiones a mujeres occidentales. Dicho de otra manera, es tu obligación y estás haciendo lo correcto, no se debe tener remordimientos de conciencia.
Sigo acordándome de las más de 1000 denuncias de la madrugada del 1 de enero de 2016 en Alemania, las cuales procedían de mujeres que habían sido abusadas y violentadas por parte de grupos de hombres que decían estar haciendo lo correcto, ya que nuestra sociedad, para ellos, es impura. Claro está que, en este mundo feminista y ante el heteropatriarcado opresor en el que vivimos, prevalece el derecho de los periodistas a omitir la procedencia de la totalidad de los autores de los delitos que se cometen en suelo español, frente a la protección de la mujer y de las futuras mujeres que comprenden la sociedad española.
Desgraciadamente, no se toman en cuenta los datos objetivos y sin sesgo como pueden ser la procedencia, el rango de edad ni la cultura. Seguramente, para no realizar informaciones 100% certeras para evitar caer en el discurso políticamente incorrecto. Para todos vosotros que queráis saber todo sin sesgos, aquí os dejo un enlace al blog de José Carlos Vilorio, uno de los grandes especialistas que tenemos en la materia y que es a su vez un Guardia Civil retirado además de apasionado de la materia. El enlace en cuestión trata sobre el Taharrush y los motivos por los cuales se cometen los distintos tipos de agresiones sexuales.
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