GHVIP8: Quinto expulsado y mi opinión sobre la Gala 7

Hace dos domingos, Naomí Asensi fue la incorporación en GH VIP 8 mientras que en este último se ha sumado otro como concursante oficial: José Antonio Avilés, participante que le disputaba a Yiya del Guillén la última plaza que había dentro de la casa de Guadalix. Por otro lado, el concursante Álex Caniggia acabó siendo el menos votado para abandonar el reality, algo que le sirvió para salir de la lista de nominados que estaría hasta el jueves además de por él conformada por Carmen Alcayde, Laura Bozzo y Luitingo. Tras llegar el cuarto día de la semana, la lista de nominados definitivos antes de la expulsión estuvo compuesta por Carmen y Luitingo… hasta que finalmente, por petición popular, quien acabaría abandonando la casa de Guadalix de la Sierra sería el andaluz y, bajo mi punto de vista, contra todo pronóstico.

Por otro lado, la gala de GH VIP de este jueves nos dejó varios eventos dignos de análisis. En primer lugar, se llevó a cabo el ‘SuperJueves’, que introdujo un nuevo método para las nominaciones, además de ofrecer la oportunidad de obtener una salvación inmediata, cuyo precio fue determinado por la audiencia y osciló entre 3000, 6000 y 12000 euros. El público eligió la opción más costosa, y el concursante salvado resultó ser el inimitable e insuperable Avilés. Realmente me está sorprendiendo como concursante, ya que, a pesar de que como tertuliano no es de mi total agrado, como participante en la casa demuestra gran profesionalidad, un aspecto por el cual me quito el sombrero. Habitantes como él o Laura, con sus actitudes, están contribuyendo a que la audiencia poco a poco vaya recuperando la confianza en el programa de telerrealidad.

El segundo aspecto está relacionado con las situaciones de tensión vividas dentro de la casa. Varias de las habitantes se vieron afectadas por momentos de debilidad, siendo Carmen y Laura las principales protagonistas. Desde mi punto de vista, esta reacción no es para nada sorprendente, considerando que las dos comunicadoras estuvieron nominadas hasta altas horas del día ayer. Estoy seguro de que esta situación habría generado un profundo malestar y nerviosismo no solo en ellas, sino en cualquier persona que se sienta presionada, especialmente cuando hay mucho en juego, como es el caso de competir por el primer premio en GH VIP 8 y, posiblemente, asegurarse un posible trabajo a corto o medio plazo como tertuliano en la cadena.

El tercero tiene al conflicto como actor protagonista. Es justo reconocer que, como bien voy diciendo, desde la entrada de José Antonio Avilés en la casa, el reality ha tomado un nuevo rumbo… y para mejor. Sería un acto de necedad negarlo, aunque pueda este concursante no ser santo de nuestra devoción. Desde que irrumpió en la casa de Guadalix, las confrontaciones entre los habitantes se sienten más auténticas… y el propio Avilés, queriendo o sin querer, ha logrado revivir el espíritu provocador y protagonista que Álex Caniggia mostró en las primeras semanas. Además, debido a su forma de ser, está consiguiendo que otros participantes, que parecían pasar desapercibidos en todo este tiempo de programa, tengan breves momentos de protagonismo. Increíble, pero cierto. Esto, bajo mi punto de vista, merece elogio, ya que hasta hace poco, ver Gran Hermano VIP 8 era tan aburrido como ponernos a visualizar una carrera de caracoles dentro de una maceta.

El cuarto se relaciona con el peculiar triángulo amoroso entre Pilar Llori, quien fue expulsada anteriormente, Luitingo y Jessica. La relación entre estos dos últimos parece haber evolucionado a un punto en el que su conexión se asemeja más a la de dos adolescentes coqueteando que a una simple amistad. Sin embargo, la expulsión de Luitingo ayer pone fin a una de las tramas más interesantes que se pudo haber desarrollado en el programa, pero desafortunadamente ya no se producirá, a menos que, con el tiempo, se considere una hipotética repesca, lo cual no hay que descartar por completo.

El quinto y último acontecimiento tiene que ver con el momento estratégico protagonizado por Álex y Naomí. Me resulta fascinante ver cómo estos dos se complementan, pareciendo la versión VIP de los exconcursantes Pepe Herrero y Dayron. Me agrada observar cómo encaran este programa como si fuera un juego de ajedrez, planificando a quién nominar. Si algo tengo claro es lo siguiente:  que, hasta que queden pocos concursantes, las alianzas son fundamentales para que tanto unos como otros se consigan salvar de la quema de las nominaciones y, por ende, de las expulsiones en las próximas semanas. Seguramente, con el tiempo haya traiciones, pero como ahora lo que abundan son concursantes, apelar al colectivo, aunque se vaya con intereses individualistas, es más que necesario.

En cuanto a los privilegios que trajo el programa ayer, Jessica Bueno ganó el juego de la subasta al pujar con 75,100 euros, una cantidad que, como es lógico, se descuenta del premio final y que le permitió a la modelo sevillana cumplir su deseo de ponerse en contacto con sus hijos. Amigos, he de reconocer que Jessica, como concursante, me está empezando a gustar… porque desprende ternura y nobleza por los cuatro costados. Por cierto, volviendo al tema relacionado con el dinero, ¡quién gane el Gran Hermano VIP este año… me da que acabará obteniendo migajas del premio!

Por otro lado, esta vez la lista de nominados se decidió en grupos de dos. En un proceso colectivo, cada grupo tenía que elegir dos nombres del otro grupo para que fueran nominados de manera directa. A pesar de que inicialmente la lista de nominados incluía a Carmen, Naomi, Marta y Avilés, finalmente y a través de la ‘salvación fulminante’, este último ‘autosalvándose’ tuvo que incorporar a uno más a la lista de nominados para volver a ser cuatro… y el elegido fue el patinador Javier Fernández, quien todo apunta que se quiere marchar de la casa. Seguramente, sea una magnífica persona además de un gran deportista, pero… como concursante es todo un mueble del Ikea.

Para concluir mi análisis, solo me queda decir que, durante el día de ayer, entre idas y venidas, los participantes gastaron un total de 87,100 euros, que se descontarán del premio final. A lo largo de todo el programa, hubo varios integrantes de la casa que parecieron más bien fantasmas, y no precisamente de la ópera… La audiencia, por su parte, respaldó una vez más al programa de telerrealidad con un 12.8% de cuota de pantalla. Estos son buenos datos, especialmente teniendo en cuenta que compite contra el gran monstruo de los contenidos, como lo es MasterChef Celebrity 8, un programa que también podéis seguir gracias a los análisis elaborados por la gran María Mariñas en Minuto Crucial.

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