Comienza el octavo programa de MasterChef Celebrity con uno de los retos más clásicos: los robos. Cada concursante dispone de una cesta con los mismos ingredientes y este, en solitario, debe quitarle y de la manera que quiera diez de esos ingredientes a uno, a tres o incluso a todos los participantes, limitando la posibilidad de sus compañeros a realizar un buen cocinado.
Para la ocasión, invitan al dúo setentero Bibiana Fernández y Anabel Alonso, desparpajo y risas aseguradas… y algún que otro lío, también. Entra Jesulín al plató a ritmo de pasodoble y las cestas de Álvaro, Muñoz Escassi, Miguel y Toñi Moreno se ven claramente mermadas. En general, ninguna de las celebridades fue bondadosa, se quieren mucho… pero cuando tienen la oportunidad… actúan del mismo modo que le critican al diestro con la diferencia de que Jesulín dice siempre lo que piensa.
Todos pensaban que iban a cocinar con lo que habían robado. No, señores, cocinarán con lo que ha quedado en su cesta correspondiente. El ingrediente estrella que casi todos dejaron sin robar fueron las criadillas. Por suerte, como regalo, había una cesta con productos básicos… pero tan solo una. El agraciado del regalo fue Dani. El influencer había sido el mejor aspirante en la prueba de exteriores la pasada semana. Tenía la posibilidad de quedársela o cederla y acabó haciendo esto segundo otorgándosela a Jesulín, que de poco le sirvió, aunque a Dani tampoco le hubiera dado más oportunidad. Este chico funciona muy bien en equipo, donde se dan los pasos de cada cosa. Sin embargo, por sí mismo y a nivel individual, dudo que pueda salir airoso de unos simples huegos fritos… y sin puntilla, ¡No se lo compliquemos!
A Toñi, lo de robar se le dio bastante mejor que el cocinado. Tan solo se podían comer con gusto los platos de Blanca y Jorge Cadaval. Jesulín avanza y retrocede dependiendo del día. La periodista andaluza solo tiene buenas intenciones, pero no se pueden comer. En el caso de Dani, la cocina no es lo suyo. Escassi hace honor a medias a su apellido quedándose escaso, mientras que Miguel por mucho que lo intente… y Laura no acertó.
Por otro lado, la prueba de exteriores tiene lugar en Madrid. El lugar en el que se realizaría es ni más ni menos que el Parque de La Zarzuela. Para ser exactos, en el Palacio de Cristal. Los comensales que degustarían los platos de los aspirantes son los 80 integrantes del equipo musical de Mamma Mía. Ellos degustarán los platos para conmemorar los 25 años de este espectáculo. Jorge Cadaval y Blanca Romero, al ser los mejores de la prueba anterior, acabaron siendo asignados como los capitanes de los dos equipos. Esta vez los elegirán a la inversa, cada uno descarta a quien no quiere en su equipo y de paso y por pura lógica matemática, el integrante se lo endiña a su contrincante de capitanía.
El menú resultaría ser muy chic y a cargo de la chef Cristina Oria, ¿os suena? ¡A mí tampoco! ¡Ni de vista, oye! Es una de las integrantes de una familia de hosteleros que cuenta con un montón de restaurantes y famosa por su Foie con forma de lingote de oro. Después de una selecta preparación de cocinado a baja temperatura… el equipo azul bordó el plato. Este equipo estaría formado por Toñi, Dani y Álvaro. Los platos que tuvieron que replicar los cocineros fueron unas Vieiras con su crujiente de coral, Carré de cordero, el foie envuelto como un rollito de primavera, gelatina hecha con un vino francés y tatín de brevas –una tarta-. Todos no iban mal ancaminados, todo lo tenían bastante resuelto… hasta que llegó el susto, a la mitad del cocinado, cambian a los capitanes de equipo. ¡May day! ¡May day! Jorge Cadaval más perdido que Tarzán en Manhattan y Blanca Romero viendo mariposas blancas pasar… Aún así, el desastre no se apoderó de las cocinas. Casi todo, estaba encaminado antes del cambio y todos sabían lo que tenían que hacer.
La valoración, en general, fue muy buena. Todos los integrantes estuvieron muy centrados y trabajadores. Pero como hay que elegir a uno como ganador, el equipo campeón fue el azul y, de nuevo, Dani resultó el mejor aspirante y quien se llevó los 4000 euros, además de conseguir salvarse de la prueba de eliminación. A Dani no le acompaña la fuerza, lo hace la suerte, esta no la suelta de la mano. Lo mejor entre esta prueba y la siguiente fue hacer realidad el sueño de Jorge y Álvaro, bailar la canción ‘Dancing Queen’ con los artistas del musical de Mamma Mía. ¡Qué buena intención le pusieron! El resultado fue totalmente contrario a la intención, pero no seré yo quien les quite la ilusión.
La prueba de expulsión a la que se enfrentaron Jesús, Miguel, Jorge y Laura, viene precedida de la despedida “por si acaso” del torero. A todos y a todas dando “picos” incluso a los jueces, una fantasía. Como invitados acuden un exaspirante cura del concurso y una periodista y repostera de tartas esculpidas, ¿qué son exactamente? Pues tartas que replican cosas, una zapatilla de deporte, un bolso, un tomate… ¿Os podéis imaginar el susto de quiénes tenían que elaborar esas “cosas”?
La primera asustada fue Laura. Ella conservaba el pin de la inmunidad, ese que se entrega y se salva de una elaboración más que difícil. A Daniel, el chico con suerte, divino de la muerte, le dan el privilegio/marrón de elegir la tarta que cada celebrity tenía que hacer. Por su parte, a Jesulín la réplica de papel higiénico; a Jorge Cadaval, un bolso azul y a Miguel, una pata de pollo con una zanahoria. Las réplicas no solo tenían que parecerse, también debían ser comestibles y, a ser posible, que estuviesen ricas.
Pues Jorge y Jesulín lo hicieron bien y con mucho mérito. El papel higiénico del torero era como un rollo después de caerse a un charco de agua, pero sabroso. El bolso de Jorge, idéntico al que tenía la tía Paca comprado en Galerías Rita… allá por los años 68, pero el bizcocho y las cremas estaban buenísimos. Miguel… ¡Ay, “er Migue”! Estéticamente, su réplica horrible y de sabor seco como una esponja. Evidentemente, el actor de novelas españolas de sobremesa sería el expulsado y por segunda vez, ya que él había sido el concursante repescado. Para terminar, tan solo me queda decir que estoy a la espera de la siguiente entrega donde serán invitados amigos y familiares para poder degustar las excelencias culinarias de los celebrities. ¡Hasta más ver, amigos!
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