Se dice, se comenta, se barrunta que ahora quedan tipificados dos conceptos distintos de terrorismo. El ministro Bolaños anunciaba, por mor de la próxima ley de amnistía, que hay que diferenciar entre delitos de terrorismo que suponen una violación grave de derechos humanos de aquellos que no. Hay pues, según el nuevo Conde-duque de Olivares, un terrorismo canónico y vicario, que busca matar o aterrorizar. Luego está el otro terrorismo, uno más new age, libre de gluten, indultable, que es tendencia y sobre todo que te permite seguir con el culo en la poltrona. El terrorismo que no viola derechos humanos bien podría ser el intento de derribo de un helicóptero con un tubo de fuegos artificiales, ocupar al asalto el aeropuerto de Barcelona, saquear comercios e impedir a los estudiantes ir a la universidad, sabotear el transporte público y sepultar a pedradas a policías causándoles lesiones que les invalidan de por vida. Es este un terrorismo descafeinado y de chichinabo, un quiero y no puedo. Nada que implique causar terror.
En el mejor interés de la convivencia y la paz en Cataluña cojan entero el artículo 573 del Código Penal y pásenselo por donde se pasan la esponja. Me refiero a aquello de cualquier delito grave contra la vida o la integridad física, la libertad, la integridad moral, la libertad o incluso el patrimonio, con el propósito de subvertir el orden constitucional o alterar gravemente la paz pública. Hace algo más de dos meses, la Proposición de Ley Orgánica de amnistía para la normalización institucional, política y social en Cataluña, disponía que en todo caso quedaban excluidos de la aplicación de la amnistía los actos tipificados como delitos de terrorismo castigados por el Código Penal e incluso los actos dolosos contra las personas que hubieran producido un resultado de muerte o la inutilidad de un órgano o miembro humano, pero hoy es hoy y el guion del progreso ha cambiado.
¿A estos no-terroristas con cita previa para la amnistía les financian o apoyan terroristas? ¿Tal vez un apóstol del terror como Monsieur Vladimir Putin? Hará ya un par de años, y desde este digital dimos cuenta de ello, el Parlamento Europeo hacía público su Informe sobre las injerencias extranjeras en todos los procesos democráticos de la Unión Europea, en particular la desinformación. En el mismo consta […] que las conclusiones sobre los contactos estrechos y regulares entre funcionarios rusos y representantes de un grupo de secesionistas catalanes en España […] requieren una investigación en profundidad y forman parte de la estrategia más amplia de Rusia para aprovechar todas y cada una de las oportunidades para manipular el discurso con el fin de promover la desestabilización […]
Dos años después parece que a Puigdemont se le investiga por traición y entre sus logreros podría estar incluso la mafia rusa. Asistimos también a la cojonuda paradoja de que Junts vota en contra de su propia amnistía ¿será porque la misma no incluye el delito que ahora le incumbe? Y tras años de prédicas contra la inviolabilidad del jefe del Estado -sobre el que no pesa ninguna causa en ningún orden judicial- no se repara en los eventuales éxitos de unas negociaciones que pretenden la impunidad del prófugo de Waterloo ante procesos pretéritos, presentes y -a este paso- ¿futuros? Porque no se engañen, la ley de amnistía volverá al hemiciclo antes o después y Sánchez tragará. No ha llegado hasta aquí para nada. Ya nos hizo tragar tremendo sapo en lo que atañe a la sedición y la malversación tras un festival de indultos.
Donde ha sido más osado el ministro Bolaños es al concluir que el terrorismo que España sufrió durante décadas (¿se refería a ETA? luego igual dirá que no) y los altercados del independentismo no son comparables. Y ha sido osado porque los escaños de Eh Bildu son tan necesarios como los de Junts ¿Creen que antes o después los deudos políticos de ETA, casi tan bien armados de escaños como los de Puigdemont, no impondrán a Sánchez sus propias condiciones? Recuerden que cuando se promulgó la Ley de memoria Democrática se permitió incluir, para el agrado de Bildu, una disposición que obliga a elaborar un estudio sobre la vulneración de los derechos, entre otros, de Lasa y Zabala, mientras la propia ley priva de la condición de víctima a los asesinados por ETA desde 1978. De centenares de estos crímenes, que entran de lleno en la definición de genocidio, aún hoy en día no se conoce la autoría.
La moral tiene criterios estéticos, sentenciaba Nietzsche, y no es lo mismo matar a una cucaracha que una mariposa, y en la amnistía del Sanchísimo cabe todo. Fuera de ella no cabe ni una coña de Pablo Motos y Miguel Lago o una canción de los Meconios, casos en los que la fiscalía- que ya sabemos de quién depende- fue instada a investigar con rigor y premura ¿En qué párrafo del artículo 510 del Código Penal se describe como un delito de odio lo de apalear una piñata con un careto que recuerda al presidente? ¡Travesuras de lesa humanidad! Sea como fuere, esto es España y aquí hasta el más tonto tiene un aserto en X-Twitter con mil likes, y si ahora a Sánchez le toca bailar con la más fea se marcará un chotis bajo palio de palmeros mediáticos y “agradaores”.
Y así el Congreso se afana en la tarea, que cumple más de un lustro, de permitir que Sánchez gobierne sean cuales sean las cesiones, aunque esto sea como apagar un fuego con gasolina ¿Nos esperan indultos a históricos de ETA militar? Sería una infamia y oprobio, pero no necesariamente ilegal dado que la ley reguladora del indulto, que data de 1870, es cristalina al concluir que […] Los reos de toda clase de delitos podrán ser indultados […]. Responderá usted que Sánchez nunca llegaría tan lejos, pero es que a muchos que nos tomamos la molestia de leer el BOE y no vivimos presos de un ciego sectarismo ya nos produce congoja y hastío todo lo pactado. Repitan conmigo: “Con Bildu no vamos a pactar” ¿Quieren que se lo repita?
Jurista y ensayista
Fantástico artículo como fantástico su carácter irónico en algunas partes.